PALOMA ARRABAL PLATERO

Este verano he tenido ocasión de visitar la exposición temporal que el Museo del Prado ha dedicado al Bosco. Todos conocemos su obra maestra, el jardín de las delicias -de la que podemos disfrutar en la exposición permanente del mismo museo-, pero, en el año del V centenario de la muerte del pintor, el Museo del Prado se ha atrevido con una de las exposiciones más completas de Jheronimus van Aken, ofreciéndonos la posibilidad de conocer hasta cincuenta de sus obras.

Sin querer hacer aquí una revisión de sus obras (merecen que ustedes las juzguen por sí mismos), me atrevo a dar nueve razones por las que querer a un pintor que, aunque conocido, extiende su obra más allá -y más acá- del jardín de las delicias:

  1. Su imaginación y fantasía. No sólo es capaz de imaginar flora y fauna inexistentes,
  2. La mitología.  El Bosco consigue crear nuevos seres  (véase peces voladores, pájaros con piernas, ), así como incorporar seres mitológicos (sirenas, unicornios, …) con una tranquilidad pasmante
  3. Por hacerte soñar. Y no en el sentido figurado, sino litertal. El Bosco te traslada a esos sueños extraños que todos tenemos y que me mezclan realidad y ficción
  4. Su minuciosidad. Da igual el tamño de cuadro, el Bosco cuida cada detalle, por minúsculo o insignificante que sea. En ese sentido, vemos como define incluso las figuras más pequeñas o como en los tripticos da entidad también a las puertas que lo cierran
  5. Sus bocetos. Los bocetos que se conservan del pintor dan muestra de su proceso creativo, en el que dibujaba elementos que iba retocando hasta incorporarlos a la obra final
  6. La originalidad de su estilo. Hablar de la originalidad del Bosco es una obviedad, pero no refiero únicamente a la creación pictórica, que también, si no a la elección de los temas, a la dispoción de los mismos. Innova en cada obra para lograr resultados originales.
  7. Colorido. Es cierto que Jheronimus van Aken utiliza tonos oscuros en los lienzos en los que pretende despertar sensaciones negativas, pero el color predomina en sus cuadros. Es bonito observar el colorido de las las obras del Bosco desde la lejanía
  8. Su visión de la religión. En pleno siglo XV el Bosco utiliza elementos religiosos  entremezclados con su particular estilo fantasioso que resulta de combinaciones sorpendentes, incluso para el S. XXI
  9. El jardín de las delicias. No defrauda, el jardín de las delicias es su obra estrella porque logra despertar admiración, curiosidad y perplejidad a partes iguales
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El carro de heno

 

 

La exposición en el Museo del Prado ha sido prorrogada hasta el día 25 de septiembre.